El gabinete encantado
¡Creo haber soñado con un gabinete encantado!
Era blanco, era dorado, agua pura por él fluía.
El aire fresco se filtraba por una torre elevada
Por donde el vapor del agua, también escapaba;
¡Siempre iluminado ya fuera de noche o de día!
¡Oh, símbolo de mi amor, dulce refugio de mi alma!
Sueño sevillano de cálidos y tiernos enamorados,
En el piélago de la vida, paraíso de bienaventurados;
Me acoges con tu añoranza, me premias con tu calma.
¡De mi espíritu es el reflejo, aquel enorme espejo!
En la bella y nívea pila o dentro del marco bermejo,
En su redonda luna, tu piel de porcelana resplandece;
Una pequeña, que hoy te emula, a tu lumbre,
Por algún misterio atraída, siempre acude,
¡Corre, canta, ríe, va y viene, su destino evanesce!
Enrique dos Santos
15.01.11
