domingo, 16 de octubre de 2011

Yetapá de collar


Yetapá de collar - Avistamiento efectuado el 19/10/97

Enrique dos Santos Molinari

Introducción.

Las imágenes prístinas se graban indeleblemente en la memoria humana; son por sí ancestrales, forman la personalidad y estarán vinculadas siempre a nuestras metas. Son diversas, producen asombro, conmueven y fijan a través de la emoción, mandatos sublimes que  guiarán nuestras acciones  y  valores personales.

¿Por qué esta reflexión  ante el avistamiento de un ave?

Porque el yetapá de collar (yetapa risora) es un ave extraordinaria, de belleza sorprendente, con movimientos de mariposa y rodeada de un gran misterio, que atrajo ya a los primeros naturalistas que estudiaron las aves sudamericanas, y reclama hasta hoy con urgente necesidad, estudio y especial protección, ante su dramática desaparición en extensas áreas comprendidas dentro de su ámbito geográfico original.

La  habíamos observado con toda la admiración que su presencia provoca, pero por no tener noticia de su rareza y condición de especie amenazada, quedó firme en el recuerdo y apenas como un  registro más anotado en nuestra guía de campo, sin comunicarlo a quienes tal vez pudieran ayudarla en su incierto destino.

Mis  únicas referencias  eran entonces,  las de Narosky & Yzurieta (1) quienes la describen como especie  existente en Uruguay, señalando como hábitat en Argentina: “… pastizales húmedos en el NE (Iberá, Corrientes)” y con probabilidad de observación III (escasa o difícil de ver) y,  por otra parte, la mención hecha por E. Arballo en su Curso de Reconocimiento de Aves (1993) como existente y avistada por él en las costas del departamento de San José (Playa Pascual).


El avistamiento.

El 19 de octubre de 1997,  fue un domingo típico de primavera con buenas condiciones del tiempo. Habíamos pernoctado en el parador que se halla en la parte alta de la Punta Gorda, junto a la costa del Río Uruguay, en el propio límite oficial de su desembocadura en el Plata, en cuyo entorno existe un parque con un obelisco dedicado a Juan Díaz de Solís.

Después de un temprano desayuno, guía de Narosky en mano y binoculares  al cuello, descendimos a la ribera para  hacer un reconocimiento de las aves del bajo Uruguay. Allí vimos en su hábitat, probablemente anidando, a la mosqueta estriada (Mhyiophobus fasciatus), que nos permitió reconocerla sin dudas; un grupo de 8 a 10 macáes grandes  (Podiceps m. major), surcando  las aguas  con sus cuellos recostados sobre la espalda o zambullendo con magistral estilo para alimentarse; y finalmente,  la extraña pareja de yetapás de collar, con sus enormes plumas caudales.

Cuando, más de cinco años después, mis compañeros de AVES URUGUAY, oyendo el ingenuo comentario sobre aquella jornada, me sorprendieron revelándome la situación de la especie amenazada y solicitaron que relatara aquella experiencia por escrito, lo hice así: “Los ejemplares de yetapá de collar observados eran macho y hembra, claramente reconocibles por sus diferencias en tamaño y timoneras. Estaban posados en un árbol junto a la margen del río, cuya costa es allí barrancosa, bastante agreste y sin construcciones, que existen más arriba. Parecían en cortejo nupcial, puesto que el macho levantó vuelo y retornó a reunirse con la hembra”. (2)

Información reunida

Este acontecimiento personal me urgió a revisar toda la  información sobre la especie que pudiera hallar en mi biblioteca. Y extraje lo siguiente:

a)      C.Ch. Olrog (3) la identifica como Coludo de  las pajas (Alectrurus risorius) y afirma: “Habita en pajonal alto cerca de esteros y pantanos siendo localmente abundante .150 mm...” En  relación a su ubicación geográfica, la relaciona con la zona subtropical y el mapa de límites de distribución incluye al Uruguay.
b)      W.H. Hudson (4) usa el nombre común de Tijereta de las pajas y presenta una buena descripción morfológica: “Arriba negra, rabadilla gris; frente mezclado con blanco; alas negras, escapulares,  márgenes exteriores de las alas y cobijas, blancos; cola negra, dos rectrices externas muy alargadas, desnudas en la base, con ancha barba interna y ninguna externa; abajo blanca;  ancha banda negra  a través del pecho; en la época del celo, la garganta está desnuda  y es de color naranja vivo; pico amarillento; patas negras; largo 27,5 centímetros. Hembra: arriba marrón, alas mezcladas con blanco; abajo blanco; banda del pecho marrón claro; cola con las dos rectrices exteriores desnudas y ligeramente alargadas, terminadas con espatulaciones en las barbas interiores”. El erudito naturalista aporta datos recopilados de Azara, Barrows y Gibson, y otras afirmaciones propias de  gran interés, tales como: “…se diferencia de todos sus congéneres por tener la piel de la barba, garganta y costados de la cabeza, desnuda, adquiriendo estas partes en la época del celo, un vivo color anaranjado. …Habita Paraguay, Uruguay y la porción Este de la República Argentina, extendiéndose hacia el Sud hasta las pampas vecinas a la Patagonia. Por lo general se lo ve  solo o en parejas.”
c)      A.B. Azpiroz (5) la incluye en su lista de aves globalmente amenazadas en Uruguay y señala que existen muy pocos registros en lo últimos 50 años. Agrega datos sobre la restricción de su ámbito y señala  como amenaza principal para la especie la modificación y quema de pastizales altos causados por el desarrollo agropecuario.
d)     Arballo & Cravino (6) han preparado un cuadro comparativo a partir de las Listas Rojas de la Unión Mundial para la Naturaleza (IUCN),  que reúne informaciones  proporcionadas por Collar et al. (1994) sobre especies  amenazadas e incluye en  listas de 1992 y 1994 a Alectrurus risora como Vulnerable.

Santiago Claramunt, del Museo Nacional de Historia Natural, Montevideo,  me proporcionó un rico material en idioma inglés, que he traducido al castellano y pongo a disposición de aquellos a quienes interese, que podrán solicitarlo a mi dirección electrónica: dosantos@adinet.com.uy.

A continuación resumo los datos más importantes que contienen, en mi opinión,  esos valiosos escritos.

E. Gibson (7) incluye al yetapá de collar entre las especies observadas por él en Paysandú en 1885 y efectúa afirmaciones que se consideran en general válidas  hasta el presente, destacándose por ser el único autor consultado, que refiere directamente al hallazgo de un nido: “Quedé sorprendido por la apariencia y hábitos de esta especie y el contraste entre el macho y la hembra... La parte desnuda de la garganta del primero es de color rojizo, no agradable a la vista. No es ave poco común. Frecuenta sitios donde unos pocos árboles están asociados con pastos altos, cardos y plantas aisladas de similar altura, prefiriendo posarse sobre las últimas. El vuelo es singularmente frágil y delicado, no necesariamente bajo, pero similar al agitado aleteo de una mariposa a través del aire. La cola no está extendida, sino que flota detrás en forma semidesprendida. Un nido que logré obtener estaba sobre el suelo entre las malezas; prolijamente construido de hierbas y revestido con lo mismo y algunas plumas, y contenía tres huevos. La fecha fue el 21 de octubre”.

Detalles adicionales a los aportados por Hudson con  relación a la morfología del ave, especialmente vinculados a los  períodos de celo y de muda de plumaje,  son aportados por Ridgely & Tudor (8) quienes sostienen: “Descripción: 20 cm. (8”), pero los machos en período reproductivo (incluyendo la longitud de las plumas de la cola) alcanzan los 31 cm. (12”). … Garganta blanca, pero pierde las plumas en período reproductivo, exponiendo su piel rosa encarnada; ancha banda pectoral negra; parte inferior blanca. Las aves que han mudado recientemente las plumas, tienen plumas negras con extremos castaños, y las que no están en celo o están mudando, pueden tener más angostas y cortas las plumas de la cola”. Respecto a su identificación, sostienen lo siguiente: “Especies similares: El macho es único e inconfundible. La hembra puede ser solo confundida con la del yetapá chico, la cual es de menor tamaño, con diferente forma de cola y con una banda parcial en el pecho (solo a los lados).” Tocante a su distribución geográfica, dicen que “es posible que migre en cierta extensión, por lo menos en la parte Sur de su rango de distribución...”

Collar N.J. et al. (9)  hacen un estudio exhaustivo de la compilación de registros declarados,  sus fechas  y  frecuencias, lo que les permite inferir: “El yetapá de collar es actualmente muy raro y ha virtualmente desaparecido de extensas áreas dentro de sus antiguos límites de distribución geográfica. Aunque su presencia parece ser aún saludable en el sur del Paraguay (Ñeembucú y Misiones) y noreste de Argentina (Corrientes), no se sabe si estas poblaciones son estables o sujetas a disminución.” En cuanto a su presencia en Uruguay, informan: “Cuello y Guerzestein (1962) consideran la especie  ‘muy rara’ y Gore y Gepp (1978) la creen una ‘residente escasa’. Estas afirmaciones fueron respaldadas por Arballo (1987), quien la considera una de las especies de aves más raras del país. En contraste, Gould en 1841 la reportaba como ‘no poco común’ cerca de Maldonado y así lo hizo Gibson  para Paysandú, en 1885, comentarios que obviamente indican su disminución”.

La información más relevante en cuanto a la conservación de la especie está contenida en los párrafos relativos a “Ecología” y “Amenazas”. Con  relación al primer tema, dicen: “ El yetapá de collar habita praderas inundadas (pajonales) y pastizales cerca o dentro de pantanos o ‘esteros’ y ‘bañados’, a veces cerca del borde de selvas, vegetación de matorral y palmares de sabana (Short 1975, Olrog 1979, Canevari et al. 1991).Los registros correspondientes a sitios de aparición en Misiones, generalmente asociados a la Mata Atlántica, se refieren presumiblemente a claros naturales. La especie es más seguramente hallada en campos con pastizales naturales, pero también puede ser vista en campos con pastos introducidos (B.M. Whitney 1991). … La especie es residente de ciclo anual en la mayor parte de su rango habitacional; sin embargo, en la Estancia Santa Elena, Buenos Aires, Holland (1893) la refiere como migratoria, aves que llegan en setiembre y parten en febrero y menciona que los machos llegan un poco antes que las hembras y juveniles”. En lo que concierne a los factores que la amenazan, estos autores señalan: “La destrucción de su hábitat, principalmente debida a la agricultura y la cría de ganado, es probablemente la mayor amenaza a la especie (Arballo 1987, D, Willis 1991). La segunda causa fue acompañada a menudo por la introducción de pastos foráneos (AMN). Existe cierta duda sobre el impacto de la ganadería sobre el hábitat de la especie. …, se considera que existe la posibilidad de su presencia en campos donde pace el ganado si existen pastos que exceden los 50 cm. de altura (B.M. Whitney 1991) y en la Estancia La Golondrina, Paraguay, donde el ganado abunda (F.E. Hayes 1992). Otros factores, como el uso de pesticidas, pueden estar en juego”.

Finalmente se señalan las medidas  tomadas hasta el presente para la protección del yetapá de collar: en Brasil, es por ley, especie protegida;  y en Argentina, la reserva provincial de Iberá y el proyectado Parque Nacional de Mburucuyá (15.000 há. en el Estero de Santa Lucía) constituyen  áreas de gran importancia para su conservación.

Comentario final.

Esa visión fugaz e inesperada de una maravillosa criatura que forma parte de una herencia natural común, que tenemos el derecho y el  deber de conservar, ha sido para quien escribe estas líneas un verdadero motivo de solaz y recompensa en un momento aciago de su vida; le demostró, que aún a edad avanzada, se pueden tener imágenes prístinas y que las aves son capaces, con su sutil mensaje ancestral, de renovar nuestras vidas.

Espero que esta modesta entrega contribuya a difundir el clamor que el yetapá de collar parece enviarnos desde su oculta morada.

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12 de abril de 2003.


Citas bibliográficas



(1) Narosky T. & Yzurieta D. 1987 – Guía para la identificación de aves de Argentina y Uruguay: Vázquez Mazzini Editores, Buenos Aires. 4ª. Edición revisada 1993. (pág. 216)
(2) E. dos Santos – Comunicación a Aves Uruguay: Yetapá de collar, avistamiento efectuado el 19/10/97 (Mar. 2003).
(3) Claes Chr. Olrog 1984 – Las Aves Argentinas, “Una  guía de campo” - El Ateneo Pedro Garcia S.A., Buenos Aires. 2ª. Edición 1995. (pág. 204 y 296).
(4) W.H.Hudson 1920 – Aves del Plata - Traducción de Mangonnet & Gollan 1984 – Libros de Hispanoamérica, Buenos Aires.
(5) A.B. Azpiroz 2001– Aves del Uruguay, Lista e introducción a su biología y conservación. - Aves Uruguay - GUPECA, Montevideo. (pág. 96)
(6) Arballo E. & Cravino J.L. 1999 – Aves del Uruguay, Manual Ornitológico - Editorial Agropecuaria Hemisferio Sur S.R.L., Montevideo. (pág. 148).
(7) E. Gibson 1885 – Notes on the birds of Paisandú, Republic of Uruguay By Ernest Gibson, F.Z.S. (Communicated by J.J. Dangleish), publicado en The Ibis, a quarterly journal of ornithology. Vol. II. 1914. British Ornithologists’ Union. London, W.C. 1914.  (párrafo 21, pág. 279). Traducción: Enrique dos Santos.
(8) Ridgely,R.S. & G. Tudor. 1994. The Birds of South America. Volume 2. The Suboscines Passerines. University of Texas Press, Austin, Texas, USA. (pág. 635,636). Traducción: Enrique dos Santos.
(9) Collar N.J. et al. 1992. Threatened Birds of the Americas: the ICB/IUCN Red Data Book. International Council for Bird Preservation, Cambridge U.K. (pág.791 a 794). Traducción: Enrique dos Santos.